Las causas, aún por determinar, apuntan a un cortocircuito o una avería en unos de los acumuladores de baterías. Sin embargo, sería más importante saber porqué un conato de incendio, terminó en tragedia. ¿Por qué los medios de detección no funcionaron a tiempo? Había sistemas de extinción automática en los lugares de riesgo de incendio? Y lo más importante, se disponían de las medidas de sectorización necesarias para controlar y evitar la propagación del incendio?
Las inversiones en sistemas de detección y extinción de incendios, a menudo se realizan sólo por obligación de la legislación, infravalorando su utilidad. No estamos acostumbrados a usarlos y no los tenemos en cuenta. Sin embargo en España hay 42.000 incendios al año y las consecuencias económicas y sociales son muy importantes. Por lo tanto deberíamos pensar los sistemas contra incendios como un seguro que protege nuestros bienes.